La Ultima Noche (segunda parte)

 

Segunda parte:

-Quien era ese tal Charlie para que fuera tan importante para ti?-

-Estas celoso  Andrés?-

-Por favor, es solo que estoy intrigado, jamás habías contado esa historia, creí que había sido yo tu primer y único novio-

- Y así es, pero no necesariamente eso indica que hallas sido mi primer amor, Charlie fue mi primer amor, pero nunca tuve nada con el, por mas que mi corazón lo deseaba, pero no debes tener celos Andrés, eso fue hace ya tantos años-

-Mas vale que sea cierto eso, y ya basta de interrupciones, termina la historia, que mas que un cuento de miedo parece una comedia romántica-

-No me hables así Andrés, ¿por qué  mejor no dejamos la historia hasta aquí y mejor comemos ya los sándwiches que preparó Fabián?-

-Por favor amor, discúlpame, todos aquí alrededor de esta fogata estamos esperando que termines la historia, solo tu haz vivido una experiencia de este tipo, y queremos escucharte-

-Esta bien, pero luego nos comemos los sándwiches, continuaré la historia:-

Hacia unos meses, antes de la noche de graduación mis amigo y yo habíamos decidido hacer un viaje e invitar a algunos compañeros de curso, para pasar el fin de semana cerca del mar y lejos de la ciudad, solo iríamos Noah, su hermana Johana que había llegado desde España solo para pasar una experiencia con su hermano; Emma,  Daniel, loco de  Teo, Marisol, mi amiga la rubia que ahora está casada con Bruno, Miguel , Charlie a quien tanto amaba y Adolfo,  este ultimo invitó a sus amigos Murci apocope de Mauricio y Paúl, los cuales llevaron a sus novias Sheyla  y Vicky.

Todos estaban muy entusiasmados con la idea de correr por la montaña e ir a la playa, mientras que yo solo desempacaba e intentaba tomar una siesta antes del almuerzo. Mientras sacaba las cosas de la maleta, encontré junto a las pertenencias de Vicky, la cual era mi compañera de cuarto por ese fin de semana, algunas fotografías de nosotros de cuando éramos chicos, y empecé a recordar tantas experiencias: Noah se veía tan pequeño, con sus cabellos enrizados y su sonrisa perlada, desde pequeño inquieto, le encantaba saltar cosas y  subirse a los árboles, actualmente practica Parkcoure  pero no recuerdo en donde; también vi a Miguel, con su cabello totalmente negro y su piel oliva, Adolfo se veía mejor  que en ese entonces, antes no llevaba la cresta  que  hoy luce con tanta pompa; y Charlie, lucia tan pequeño, con un trajecito blanco y su cabeza con cabellos escasos,  sus ojos tiernos de felino  me cautivaron al instante, tomé la foto y la estrujé contra mi pecho mientras recordaba un fragmento del poema de Teo que decía…una tarde de llovizna, mientras atoraba en mi pecho un grito, era exactamente lo que solía suceder en mí cada vez que  lloviznaba y no tenia el abrazo de Charlie para disimular mi titirite.

Guardé de prisa la fotografía en su lugar  cuando escuché las risas de Charlie, salí a verle  y estaba decidida a hablarle, no quería  pasar todo el fin de semana prisionera del tedio y la nostalgia en la habitación teniendo la playa y una hermosa montaña  frondosa  para mi sola y mis amigos; pero cuando estuve a fuera, me encontré con una escena que me entristeció por completo, estaba Charlie  de pie frente a Vicky, rodeándose el uno al otro por la cintura  y mirándose fijamente a los ojos, sentí como se desplomaba la montaña, como una fuerte  ola del mar subía y me arrastraba mar adentro, sentía un punzón en el pecho justo en el lugar donde se supone esta mi corazón o debería decir, estaba mi contrito y  descuartizado músculo palpitante.

Vicky era la única que sabia cuanto lo amaba, cuanto lo deseaba cenca a mi, cuanto lo añoraba perteneciendo a mi vida, ella no sería capaz de hacerme algo así, algo tan cruel y devastador. Estaba absolutamente desecha, el seguía allí, de pie, sin verme, y ella sin inmutarse siguió abrazándolo y  ahora mas fuerte, podía oír que ella le pedía que le dijera cuanto la amaba, y el sonrojado le decía al oído- TE AMO,- ese te amo que tanto anhelaba oír de sus labios, eran para ella, yo me sentí como una tonta, como una completa imbécil,

Sin que se dieran cuenta, desaparecí para ir a llorar sola en la montaña, subí hasta considerarlo lo bastante alto como para que nadie intentara llegar a bajarme, y me abracé entre mis propios brazos, rodeando con ellos las piernas y dejando caer mi pelo para que cubriera toda mi cara. Yo tenia planeado todo lo que haría en ese viaje, estaba al fin , después de tantos meses intentado decirle que lo amaba, que daría mi vida por el si fuese necesario, que lo esperaría el tiempo necesario para que estuviésemos juntos , por fin estaba dispuesta ha hacerlo, ya estaba consiente de todas las cosas que iba a dejar botadas a causa de mi egoísmo, que por no conformarme con tenerlo como amigo, lo quería en forma total en mi vida y es que lo necesitaba, en las noches solo soñaba que llegara a arroparme y entonara una melodía para que pudiera dormir, y verlo despertar cada mañana a mi lado, correr por el campo lleno de flores y perseguir  los colibríes del jardín de nuestro hogar juntos,; estaba consiente que si me rechazaba después de haberle dicho lo que sentía, tal vez ya nunca mas seria igual nada, no me miraría igual, tal vez por lastima, ira, o asco, y yo nunca mas podría estar cerca de el ni mirarlo seguramente por miedo, tristeza, dolor, melancolía, y la certeza  que ya no habría poemas ni sonetos ni canciones antes de dormir, ni caricias ni besos al amanecer, ni susurros al ocaso, ni flores en el campo, ni colibríes, ni casa, jardín, solo estaría yo, solo, como al principio, pero mas sola, por culpa de mi egoísmo.

Aun así, quería hacerlo, ya había perdido antes muchas cosas, una mas no haría la diferencia, me habría sentido peor si el nunca supiera que lo amaba, que mientras el lloraba, si es que lloraba, alguien rezaba porque su tristeza huyera de él, que mientras el reía, alguien se imaginaba dueña de esas risas, y que mientras el perdía el tiempo, callado, mirando la arena del suelo a través del cristal de un tren, o guardando silencio mientras caminaba  para no tropezar con algo y caer al suelo, alguien se imaginaba llevándolo a volar  lejos, bajo un inmenso cielo nocturno, estrellado e iluminando con la platinada luna las flores de nuestro mundo.

Yo quería que supiera, que alguien le amaba, le pensaba, y le lloraba en las noches.

 

Estando sola en la montaña, vi como las nubes tenían toda clase de formas, vi una enorme paloma blanca que parecía volar hacia donde estaba sentada, estaba hecha de nimboestratos, imaginé que el cielo me enviaba con esto el mensaje de la libertad, que debía ser libre del dolor y la angustia, ya no valía la pena lamentarme tanto y nunca intentar, quien no arriesga algo, no obtiene nada a cambio, al llegar a esa decisión, me levanté con animo, y totalmente decidida a decirle que él, Charlie, era lo que mas amaba en el mundo y lo que mas deseaba era que él me abriera un campito en su corazón.

 

Entonces, bajé de la montaña, despeinada por la brisa; temblando de miedo de cómo lo pudiera él tomar, quizás se burlaría de mi, aunque eso lo dudaba, siempre había sido mi mejor amigo, y deben todos pensar que soy una tonta por pretender dañar nuestra amistad de tanto tiempo por un absurdo capricho, pero en verdad necesitaba que Charlie lo supiera, que se diera cuenta que era yo quien lo apoyaría en sus torneos de futbol que tanto amaba,  la que estaría dispuesta a ir por él  hasta el otro lado del charco solo por oír su respiración agitada después de hacer algún esfuerzo físico, solo yo le escribiría poemas tan bellos,  solo yo lo amaría y cumpliría todos sus deseos, hasta lo complacería en sus difíciles decisiones sobre que comer , ya que a la hora de almorzar o cenar se volvía un ocho y eso me encantaba de Charlie. Solo yo entendería su apatía por la filosofía y su miedo de amar.

Si, lo se, no era la clase de chica que él soñaba, no me gustaba el futbol, pero eso podía arreglarse, no era la del mejor cuerpo entre todas las chicas de la clase , ni podía llevar puesto el perfume que tanto le gustaba oler del cuello de Ángela,( una golfa alienada mas del instituto), pero yo si lo iba a amar  con todas mis fuerzas, y estaba dispuesta a dar la pelea por él, porque creía que merecía la pena, porque lo amaba, y  aunque sabia que era imposible, tenia la esperanza que él también pudiera amarme.

Cuando llegué a la cabaña, él justamente estaba allí, en frente, con el pecho desnudo y una pantaloneta de baño de color naranja, su cabello ya estaba húmedo y muchas gotitas de agua como cristales sobre su piel nacarada resbalaban al suelo formando  una especie de ilusión óptica que lo hacia parecer al joven Dionisio del politeísmo helenista. Y mientras seguía en estado estupefacto, él se acercó a mi, y sonrió, sus ojos tan verdes como el césped, me miraron fijamente y sus labio rosados, parecían esta vez mas cerca de los míos de lo que normalmente están. Ya lo comprendía todo, estaba convidándome a nadar con él y los demás chicos en la playa, yo me había imaginado antes ya tantas cosas, como corríamos por la arena blanca persiguiendo las gaviotas, riéndonos de nosotros mismos, y luego abalanzándonos el uno al otro para derribarnos y caer juntos hasta que nuestros labios se fundieran en el mas hermoso beso,  y nuestros corazón latieran al unísono.

Que estupida era, ¿como podría Charlie pensar si quiera en mi como algo mas que su amiga?, ¡EN MI¡ que era la típica adolescente reprimida, escondiendo en los libros,  y la guitarra acusica cada inseguridad y cada lagrima; era la viva imagen de Taylor Swift solo que con unos años menos, con cabellos castaños y  resecos, y con el estomago llenos de uñas.

Cuando desperté de mi ensueño, me di cuenta que ya no tenia ese divino vestido blanco con flores y los rizos dorados moviéndose libres con el viento mientras corría por la playa tomada de la mano de Charlie, y él aun esperaba a que le siguiera a donde estaban los demás; la verdad quería y me moría por ir tras él, pero no quería verlo de nuevo junto a Vicky, eso seria perturbador para mi; así que le agradecí  y me retiré a mi habitación, total, pronto seria momento de cenar y debía verme bien para cuando decidiera decirle todo a Charlie, el cual, tras mi rechazo, me siguió hasta llegar a la puerta de mi habitación, yo sabia que estaba tras de mi,  quise hacerme la digna por un segundo, me tiré en la cama boca abajo y actué como si no me importara que estuviese ahí, pero por dentro no podía dejar de gritar : LLEVAME O AL MENOS QUEDATE ESTA VEZ!!!!

Charlie, aunque no podía verle, sabia que había torcido la boca como era costumbre  en él cada vez que intentaba persuadirme (y en verdad lo conseguía), me tomó con sus brazos y me levantó rodándome hacia su cuerpo para que fuese con él, obviamente no quería abrir los ojos para no arruinar el momento, pero luego, me dejó en pie en el suelo, y me dijo quedamente: - ven conmigo, por favor, quiero estar contigo y con nadie mas-

… y mas susurrado aun y con el rostro suplicante igual que el de un niño hambriento, tomó mi mano, me haló hacia la puerta, a lo cual no opuse resistencia alguna , dijo- no me niegues ese placer, tengo algo que decirte-

MORÍ ¡!!

 

Para estar informado de los últimos artículos, suscríbase: